LAS RUNAS
¿Qué son?
Llamamos runas a un juego de 24 piezas de madera o piedrecitas con un símbolo misterioso pintado o grabado en cada una de ellas. Las runas no son las piezas en sí, sino el los símbolos que se pintan sobre ellas y existen desde hace milenios.
Las runas son un oráculo vikingo. Son más bien consejeras. A parte se pueden usar como amuleto y sus caracteres sirven para transcribir frases enteras o nombres, convirtiéndolas en conjuros.
El término de runa está emparentado, semánticamente, con los conceptos de sabiduría, rumor o susurro y secreto o misterio.
Se llegó a la conclusión de que el origen de esta palabra proviene de la raíz sanscrita “ru”, que significa misterio. Los primeros usuarios de las runas las consideraban el susurro de los dioses.
Aunque las runas que utilizamos actualmente son letras, se sabe que en su origen no lo eran.
No obstante, existen abundantes inscripciones prerrúnicas que datan de épocas realmente primitivas, y se sabe a ciencia cierta que las tribus germanas las usaban en magia y adivinación antes de conocer siquiera el concepto de lengua escrita.
¿Cómo las conocí?
Llegaron a mi vida gracias a una amiga experta en ellas, que llevaba unos veinte años usándolas. Un día vino con la fotocopia, encuadernada por ella misma, de un libro de runas, el mismo que llegó a sus manos, como gran descubrimiento, muchos años atrás. Me dijo que no sabía por qué pero que sentía que debía dármelo. Así comencé a familiarizarme con ellas hasta el punto de pedirle que me diera un pequeño curso, y así fue.
Poco después me hice mi propio juego de runas y desde entonces me acompañan a todas partes.
Las runas al igual que otro tipo de métodos de adivinación funcionan, quizá, por la ley de sincronicidad, es decir, cuando echas las runas la lectura tiene que ver con lo que está pensando o viviendo el echador. Dándole la respuesta que necesita. Es curioso porque hay ocasiones en las que sacas las runas para preguntar por algo y no te da la respuesta sobre ese algo sino sobre otro tema más importante en tu vida al que debes prestar atención de forma prioritaria. Es como si te cogiesen de la cabeza y la girasen hacia donde debes mirar, y probablemente no lo haces o por pereza o porque no quieres ver.
Yo estaba familiarizada con el tarot, pero lo cierto es que, por alguna razón, al final he congeniado mejor con este otro método, aunque las cartas me siguen gustando.
En este apartado iré haciendo lecturas semanales generales y por la ley de sincronicidad, llegará a la persona que tenga que llegar.
Ishwari Vera